-Historia guardada en un bello canto donde las notas del acordeón adornan con lujo de detalles el pentagrama del agradecimiento y la alegría folclórica-
Por Juan Rincón Vanegas ‘ @juanrinconv
Han pasado 35 años desde cuando Emilianito Zuleta Díaz, quiso exaltar con una canción al cantante de La Paz, Jorge Oñate. No duró mucho tiempo en hacerla porque tenía los insumos suficientes para dar testimonio de su grandeza musical. En otras palabras, era el mismo de la garganta afortunada.
El titulo tampoco le causó dificultad en escogerlo porque lo enmarcó de la manera como se conocía al artista: ‘El Jilguero’, aquel muchacho que se abrió paso con inmensos deseos de escribir su propia historia, llegando más lejos de sus primeros sueños.
Emilianito aceptó contar esta pasaje de su vida, pero antes de hacerlo pidió narrar la manera como conoció a Jorge Oñate, que lo llevó hasta grabar con él una producción musical en el año 1975 titulada, ‘La parranda y la mujer’.
“Me vine de mi tierra Villanueva, La Guajira, a estudiar en Valledupar en el año 1962, exactamente en el Colegio Nacional Loperena. Ya tocaba mis parranditas en toda la región. Cuando iba a La Paz, había un jovencito que se asomaba a la ventana solamente para verme. Después se hizo amigo mío, pero todavía no cantaba”, contó Emilianito Zuleta.
Hizo una pequeña parada y prosiguió. “Nosotros perdimos el contacto porque me fui a estudiar a Tunja y después a Bogotá. Estando allá supe que Jorge estaba allá con su mamá Delfina Oñate y cantaba. Desde ahí comenzamos a parrandear y conformamos un conjunto. Recuerdo que le tocábamos a grandes personalidades del país y nos ganábamos unos buenos pesos”.
Eso sirvió para que Jorge Oñate y Emilianito Zuleta pensaran en grabar un trabajo musical y comenzaron a escoger las canciones, pero estando en el proceso se cambiaron los papeles porque al final Jorge Oñate grabó con los Hermanos López.
“A raíz de eso decidí grabar con mi hermano Poncho Zuleta, pero después nos separamos en el año 1974. Jorge Oñate al saber mi separación me buscó. Inicialmente lo rechacé debido a mis estudios de economía en la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Un año después me convenció y se previó la respectiva grabación”, señaló Emilianito Zuleta.
La grabación
En el amplio relato aparece la petición de Emilianito a la disquera CBS para poder grabar. Consistía en darle un Renault 6 color azul, que había visto por la avenida Jiménez con Caracas.
“Ellos aceptaron mi propuesta y grabamos el trabajo musical ‘La parranda y la mujer’ de los más lindos que he hecho en mi vida, donde se destacaron canciones como ‘Mujer conforme’, ‘La gira’, ‘Sin remedio’, ‘Terco corazón’, y ‘La parranda y la mujer’, entre otras”, explicó Emilianito Zuleta.
Jorge y Emilianito demoraron solamente un mes unidos porque Poncho Zuleta convenció a Emilianito en una presentación en La Junta, La Guajira, para que regresara a su conjunto, quedando la constancia de dos figuras que entregaron su extraordinario talento.
“Después con Jorge quedamos siendo hermanos y por eso le saqué la canción que me salió del alma y es el más grande testimonio de mi admiración y cariño hacía él. Me acuerdo que cuando se la canté lloramos y me prometió grabarla. Lo hizo con Álvaro López en el año 1987”. Esta vez Emilianito llorando, cantó apartes de la canción.
“En un pueblito cerquita al Valle, nació un muchacho con una estrella, con el prodigio de una voz muy bella, lo que lo ha hecho ser importante. Él aspira ser cantante por todas partes parrandeaba, yo me refiero es a Jorge Oñate y su garganta afortunada. Al Jilguero porque su cantar se oye, solamente a mí hermanito yo lo comparo con Jorge”.
Después de cantar continuó destacando a Jorge Oñate. “A él lo quise mucho, incluso su mamá Delfina Oñate, era como Carmen Díaz, mi mamá. Entre nosotros no hubo disgusto y nunca supe que dijo algo de mí, aunque a él le lucía ser de esa manera y todos lo sabíamos. No tenía remedio”.
‘El gago de oro’, como se le conoce al acordeonero y compositor Emilianito Zuleta, volvió a llorar al recordar que en la plaza Olaya Herrera de La Paz, cuando hace un año se cumplía el sepelio de Jorge Oñate, su ahijado Silvestre Dangond cantó la canción ‘El Jilguero’. “La verdad fue que lloré mucho al recordar al cantante que lo entregó todo por la música vallenata y a quien le hice un canto especial. Más que merecido”.
Sin demora pasó a narrar algunas anécdotas o “Oñatadas”. Entre ellas se quedó con la más llamativa en su concepto. “Negaba las Oñatadas porque según él eran inventadas. Entre esas está la vez que un periodista le preguntó sobre quién era el mejor cantante de la música vallenata. Sin arrugarse respondió que Jorge Oñate, ‘El Ruiseñor del Cesar’ y ‘El Jilguero de América’. Mucha vaina buena”.
En tres minutos y 51 segundos Emilianito Zuleta, plasmó en su canto la real radiografía de Jorge Oñate, aquel artista de buen corazón, el Ruiseñor de todo el Cesar, y el mismo que fue ejemplo de amor a la música vallenata a la que se dedicó en cuerpo y alma. Ese cantante tan distinguido que se forjó para salir adelante. En todas partes se oyen sus cantos, los mismos que le hicieron merecedor de innumerables reconocimientos.
Jorge Oñate grabó con el mayor número de Reyes Vallenatos y en una de sus últimas entrevistas, declaró. “He llegado a esta instancia por mi disciplina y el amor que le he tenido a mi arte, a mi vocación musical y porque quiero mi música vallenata. Yo no me salgo de la autenticidad del vallenato y me mantendré así hasta el final de mis días”. ‘El Jilguero’ lo cumplió, y hasta un canto se ganó…