Por Juan Rincón Vanegas – @juanrinconv
El primer Rey de la Piqueria en el Festival de la Leyenda Vallenata, Andrés Emilio Beleño Paba, no habla. La voz parece tenerla escondida en su garganta. Mueve mucho la cabeza, y hace señas con sus manos. Cuando se le recuerdan sus canciones, hace un gran esfuerzo por cantar, pero se queda en el intento. Todo hace indicar que el alegre y dicharachero juglar estuviera de vacaciones, y hasta permite concluir de forma rápida que ‘El viejo Bele’ no es el mismo.
Una isquemia cerebral lo afectó hace casi dos meses, cuando aún se mantenía verseando a cada rato y tenía varias canciones haciendo cola. Nunca estaba quieto, y vivía pendiente de todo. La vida del verseador, cantante y compositor cambió del cielo a la tierra.
Cuando lo visitan sus amigos, Andrés intenta sonreír, pero se queda pensativo, como buscando en su memoria la razón de su vida y los episodios vividos en el folclor. Algunas veces se le nota triste, de un momento a otro abre y cierra los ojos, entonces hay un escape que se hace notorio en su rostro, y es cuando en el equipo de sonido irrumpe alguna de sus canciones. Enseguida se alegra, pone sus manos en la mesa y con golpes de caja va llevando el ritmo.
Por su cerebro se pasean esas canciones con ese picante costumbrista que han sido grandes éxitos en la voz de los mejores cantantes del vallenato. Entre ellas están: ‘La campana’, ‘La batea’, ‘El gorrero’, ‘La mamá de uno’, ‘Convencida’, ‘Que se vaya’, ‘El flaco lleva’o’, ‘Me huele’ y ‘La hora loca’.
Recuerdos imborrables
Por todos los rincones de su casa, ubicada en la diagonal 19A número 20-63, en el barrio Los Caciques de Valledupar, hay recuerdos de sus hazañas folclóricas logradas en todo el país. Las mismas que lo han puesto en el más alto pedestal desde aquel mes de abril del año 1979, cuando se coronó como primer Rey de la Piqueria en el Festival de la Leyenda Vallenata.
Su aporte al folclor vallenato ha sido enorme a través de sus canciones en aire de puya, entre ellas, las más reconocidas: ‘Los parecidos’, ‘Lo ví corriendo’, ‘Me peino con la lengua’, ‘Vaya pa’ trás’, ‘Soy maestro’, ‘Pico y espuela’, ‘El contendor’ y ‘El combate’.
Con algunas de estas canciones se han coronado como Reyes Vallenatos Navín López, Juan David ‘El Pollito’ Herrera, Cristian Camilo Peña, Ciro y Álvaro Meza, sin incluir los acordeoneros de otras categorías.
A este pedestal de honores se suma la alegría recibida el 12 de diciembre de 2017, cuando la institución educativa ‘Milciades Cantillo Costa’ le otorgó el título de Bachiller Honoris Causa.
En esa ocasión, Andrés Emilio indicó: “Ese título es algo que me enorgullece, porque he sido un campesino y un hombre original de los playones de mi tierra Chiriguaná. Este reconocimiento llega por todo lo que he hecho. No alcancé a graduarme, porque solamente hice hasta tercero de bachillerato. Siempre me echaban o suspendían del colegio, porque no arriscaba para el estudio. Lo mío era el trabajo, tal y como lo aprendí desde muy pequeño”.
‘Beleñito’, como se le conoce en el ámbito artístico, nació el martes 30 de noviembre de 1948; estudió en el colegio San Luis Gonzaga, de Chiriguaná, donde en las horas libres se la pasaba arriando agua, buscando leña y metiendo los terneros, las vacas y los caballos al corral.
El hijo de Francisco Nicanor Beleño Rojas y Olga del Socorro Paba Acosta, ahora camina poco, contrario a sus épocas de excelso andante. Su rutina se reduce a pensar de forma profunda y permanecer bajo el cuidado de su familia.
Su esposa, Nelsy del Carmen Mendoza, manifiesta que “Andrés está siendo sometido a terapias físicas y de lenguaje para lograr su pronta recuperación, cuya esperanza la tenemos puesta en Dios”. También agradeció las visitas y las voces solidarias venidas desde todas partes de Colombia.
Verso para Beleño
El amigo y contrincante en muchos festivales, José Félix Ariza Vega, Rey de Reyes de la Piqueria, expresó que la recaída de salud de Andrés Beleño es un golpe fuerte para el folclor.
“Todos esperamos su pronto regreso a la composición, el canto y la piqueria. Un gran homenaje para el maestro Andrés Beleño fue cuando este año la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata le dedicó el concurso de la piqueria. Que buen gesto”.
Finalmente, para unirse al clamor solidario de todos los amantes del folclor vallenato, regaló el siguiente verso:
Beleño tiene un legado
con el cual perdura siempre
en el folclor lo añoramos
y ojalá pronto regrese.
Andrés Beleño expresa con sus ojos las ganas que tiene de superar esta etapa que lo tiene separado de los escenarios donde se presentaba con su peculiar baile, con sus camisas floreadas, soltando versos e interpretando canciones con esa jocosidad natural, como el éxito grabado por Jorge Oñate y Álvaro López, ese mismo que nació en su hogar cuando veía que su hija María Angélica se la pasaba ‘Meneando la batea’.
Mamá, ay mamá, ¿Usted sabe dónde está María?
Venga pa’ que la vea. Tiene la fiesta prendía
meneando la batea, meneando la batea…
Sentado en la sala de su casa, y acompañado de sus familiares permanece Andrés Emilio Beleño Paba, intentando aplacar el sonido turbio de la tristeza para que regrese pronto el hombre alegre que toda la vida se la ha pasado partiéndole el espinazo al folclor vallenato, para que le regale pedazos de versos y de cantos que en un abrir y cerrar de ojos envuelve en jocosidades que tienen su propia impronta cuando amigos y seguidores hablan del “Estilo Abeleñado”…