Por Juan Rincón Vanegas – @juanrinconv
El sueño del corazón del islandés Snorri Eldjárn Hauksson no se equivocó, cuando a kilómetros de distancia de su natal Dalvík, un pueblo pesquero, encontró su reposo en medio de los sonidos de un acordeón que le despertaron el amor por la música vallenata.
Enseguida, descubrió que la voz de Diomedes Díaz, y una canción del compositor Hernán Urbina Joiro, eran el complemento de su alma. No había duda, la suerte estaba echada.
Es una historia que llego a su fin
después de hadas y magias sin par
amor profundo tan dentro de mí
qué me maldice.
Ha serenado la mente al sufrir
ya qué temer si todo lo perdí
la suerte echada ya está corazón
que me maldices.
Al tenerlo de frente la pregunta obligada era: ¿Cómo llegó un extranjero a estar cautivo en la redes del folclor vallenato? Sonrió y contestó: “Soy una persona muy calurosa, con muchos sentimientos que quiero mostrar, y creo que he encontrado el género perfecto para mí porque el vallenato tiene letras increíbles, poesía, mucha historia y el sentimiento que los cantantes expresan. El folclor vallenato, definitivamente, es sentimiento real. De verdad, he encontrado mi silla en la música y quiero lanzar mi carrera en el vallenato”.
No hubo freno que lo detuviera, porque estaba inspirado hablando en el propio templo del vallenato en Colombia, el Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araujonoguera’.
“Cuando escuché la canción ‘La suerte está echada’, me dije, no hay más. Esta es mi música, tengo que seguir escuchando más canciones del inolvidable Diomedes Díaz. Es y será por siempre mi cantante favorito, al lado de los extraordinarios compositores de esta tierra”.
Paró un instante, para maravillarse del momento que estaba viviendo en la Capital Mundial del Vallenato, y admirarse, porque no hace mucho tiempo aprendió a hablar español y a involucrase en este mundo llamado vallenato. “Agradezco el apoyo de la gente, no sólo de Valledupar, sino de toda Colombia, por haberme acogido como uno de los suyos. Tengo puesta la camiseta del vallenato, ese que me alegra la vida”.
Vallenato clásico
Ya en la Tienda Museo Compai Chipuco, Snorri se puso el sombrero de Alejo Durán, la gran joya del primer Rey Vallenato, y manifestó: “A mí me gusta es el vallenato clásico, porque expresa todo lo que significa este territorio musical lleno de poesía y bellas historias. Las notas de los acordeones tienen encanto, me llaman poderosamente la atención, y son el faro que guía este bello folclor que toca el corazón de cualquier ser humano por muy frío que sea”.
Volvió a parar unos segundos, y seguidamente confesó: “Cuando monté en mis cuentas de Facebook e Instagram el primer video, estaba muy nervioso, porque la música vallenata es sagrada y no quería molestar a nadie. Quería publicar mis sentimientos, y sin imaginarlo tuve buenos comentarios y mucho apoyo. Entonces sentí un gran empujón, publiqué otras canciones, y ahora, acá me tienen en la propia meca del vallenato”.
El gigante islandés avanza a pasos seguros, y ahora su nueva meta es aprender a tocar acordeón. “Voy a aprender a tocar ese maravilloso instrumento, para así poder componer, seguir cantando y con el tiempo llegar a ser un gran acordeonero”.
Mirando para todos lados, y como si estuviera viviendo aquel sueño del corazón, sintió el deseo de estar presente en el próximo Festival de la Leyenda Vallenata en homenaje a Carlos Vives.
“Quiero estar a finales de abril en el Festival Vallenato, para trasmitir mi sentimiento. Me han dicho que es algo que no me puedo perder por nada del mundo. Quiero vivir esta gran fiesta vallenata”.
Las llaves del vallenato
Snorri siente que su tarea apenas comienza, pero también a través de los aplausos y felicitaciones recibió las llaves del vallenato para que en el carro del folclor vaya por todas partes, especialmente a su país. “El vallenato se conoce allá un poco por Carlos Vives, pero ahora lo llevaré en vivo y en directo para que sepan por mi voz que en Colombia hay una región que se la pasa cantando a toda hora. Y que es una música que llena todos los corazones de felicidad”.
Este empresario de la pesca, futbolista y ahora cantor de vallenatos hace un repaso por todas las canciones que por el momento interpreta. ‘La suerte está echada’, ‘La reina’, ‘A un cariño del alma’ y ‘Cómo te quiero’ (Hernán Urbina Joiro), ‘Amarte más no pude’ (Marciano Martínez), ‘Sin medir distancia’ (Gustavo Gutiérrez), ‘La plata’ (Calixto Ochoa), ‘Nunca comprendí tu amor’ (José Alfonso ‘Chiche’ Maestre), ‘Mañanitas de invierno’ (Emiliano Zuleta Díaz), ‘Volver a la ternura’ (Iván Ovalle Poveda), ‘Diez razones para amarte’ (Jorge Valbuena), ‘Ilusiones’ (Luis Egurrola), ‘La indiferencia’ y ‘Esa mujer’ (Silvestre Dangond) y ‘Todo de cabeza’ (Kaleth Morales).
Cuando termina el listado de ese vallenato que le arruga el alma, dice: “Ya tengo para un concierto en cualquier parte del mundo al lado del acordeonero Andrés Felipe ‘Pipe’ Mendoza y el guitarrista Rafael Eduardo Mora. Ellos son mis compañeros vallenatos”.
Ya comienza el festival…
El islandés no paraba de hablar de este maravilloso mundo llamado vallenato. De repente tomó su guitarra, cerró sus ojos y anunció una canción que comenzó a aprenderse. “La llevo por la mitad, pero es muy bella. Tiene una historia llena de muchos sentimientos”.
Sin abrir los ojos, y con su voz llena de melancolía, cantó:
Ya comienza el Festival
vinieron a invitarme,
ya se van los provincianos
que estudian conmigo.
Ayer tarde que volvieron
preferí negarme
pa’ no tené que contarle
a nadie mis motivos.
Unas lágrimas escaparon por sus mejillas al interpretar un verso de ‘Ausencia sentimental’, de la autoría de Rafael Manjarrés, y sin pausa expresó emulando a su ídolo Diomedes Díaz: “Se las dejo ahí”…Pero no cumplió su promesa, porque a poca distancia observó a una bella mujer que hizo que sus ojos brillaran, y añadió: “Me encantaría enamorarme de una vallenata”.