La noche del 30 de abril del 2023 resultó ser diferente. Seis grandes acordeoneros, y no cinco, como generalmente se acostumbra en una final, se presentaron en la tarima ´Colacho Mendoza´ del Parque de la Leyenda Vallenata Consuelo Araujo Noguera, para disputarse el anhelado título de la versión 56, que este año rindio homenaje a Luis Enrique Martinez, ´El Pollo Vallenato´.
Después de una ardua deliberación, el jurado conformado por el cajero Pablo López, el Rey Vallenato 2018, Julián Mojica; Carlos Mario Zuluaga, Presidente del Club Deportivo La Equidad, David Racero, Presidente de la Cámara de Representantes y José Carreño, acordeonero y folclorista, eligieron al samario Javier Antonio Matta Correa como el nuevo Rey del Festival de la Leyenda Vallenata.
Matta tiene 33 años y esta era la décima tercera vez que se presentaba al Festival de la Leyenda Vallenata. Para alzarse con la corona de la versión 56°, lo acompañaron Omer Calderón Castilla, en la caja y Odacyr ´El Ñeko´Montenegro González en la guacharaca, con quienes interpretó con destreza y maestría el paseo ‘Jardín de Fundación’ de Luis Enrique Martínez; el merengue ‘La Fama’ de Luis Enrique Martínez, canción elegida por sorteo, el son Marisela de Luis Enrique Martínez y la puya ‘Gallo peligroso’ de Odasir Montegro
«He esperado por esto, muchos años. Me fue esquiva muchos años, pero hoy mi sueño se hace realidad. Tengo la corona que tanto anhelé. Quiero darle gracias a Dios y a mi familia, a mi ciudad Santa Marta, al Festival de la Leyenda Vallenata, y a todos los que como yo, también anhelaron que fuera el rey. Gracias», expresó el nuevo Rey Vallenato
En diferentes ocasiones, el nuevo rey estuvo dentro de los cinco finalistas y en esta oportunidad se alzó con la corona de la versión 56 del Festival de la Leyenda Vallenata.
El segundo lugar lo ocupó Omar Alberto Hernández Brochero, de Urumita, La Guajira y José Juan Camilo Guerra Mendoza, de Valledupar se quedó con el tercer puesto.
Con esto se cierra el evento que durante más de ocho días colmó las expectativas de todo el país y se vuelve a decir, Valledupar suena a través de un acordeón, una caja, una guacharaca y un canto que traspasa hasta las barreras del alma.